Los Dragones de cuera son un regimiento de soldados creado por el Imperio Español para defender la frontera de Nueva España de los indios nómadas que habitaban en la zona que ahora es conocida como Estados Unidos. Una frontera de unos 4.000 kilómetros que iba desde San Francisco a Florida.
Indice
Los presidios
Para poder vigilar mejor esta amplia frontera se construyeron los llamados presidios. Consistían en unas edificaciones cuadradas o rectangulares muy resistentes. Eran similares a lo que solemos conocer como los fuertes de las películas del Oeste, pero construidos con adobe.
Los soldados asignados a su defensa eran los llamados soldados presidiales o soldados de cuera, por la chaqueta que vestían. Aunque su nombre popular era el de Dragones de cuera, por la capacidad combativa que caracterizaba a estos soldados únicos.

Estaban colocados en sitios estratégicos de esta amplia frontera, y su misión era proteger las tierras y habitantes de las posibles incursiones de los indios que al otro lado habitaban. Su aparición fue de forma escalonada. Los primeros presidios que se conocen son de 1595: el de Montesclaros en la región de Chiametta y el de Acoponeta en Sinaloa. A estos le siguieron más, hasta convertirse en 24 a finales del siglo XVIII, y llegar a los 44 en 1.800.
Dotaciones de los presidios
En 1772 se creó un manuscrito donde se detallaba la composición de cada presidio:
- Un capitán
- Un teniente
- Un alférez
- Un capellán
- Un sargento
- Dos cabos
- 40 soldados
- 10 indios exploradores
Estas indicaciones eran orientativas ya que no todos los presidios tenían el mismo riesgo de ataque. Por lo que nos encontrábamos con presidios como el de Nuevo México que contaba con aproximadamente 100 hombres, y otros como de Durango con apenas solo 15 hombres.
De normal las guarniciones en los presidios eran muy reducidas, pero su número acabó duplicándose a lo largo del siglo XVIII, pasando de los 592 soldados en 1.701 a los 1.271 soldados en 1.764.
Requisitos para ser parte de los Dragones de cuera
Los requisitos para ser Dragones de cuera eran sencillos: tener más de 16 años, medir más de 150 cm de altura, estar sano, ser católico y estar libre de pecados, de forma literal.
Su ingreso era voluntario y se firmaba una especie de contrato de permanencia de 10 años. No habían restricciones respecto al origen que se debía tener para formar parte de este elitista regimiento. Por eso, entre 1.773 y 1.781 la mitad del ejército lo formaban soldados de origen español, y la otra mitad era mestiza, mulata e incluso indios.
La única discriminación por origen se hacía en la elección de los altos cargos, ya que todos ellos eran europeos, no solo españoles, también habían italianos por ejemplo.
Indumentaria de los Dragones de cuera
En el mismo manuscrito de 1.772 que indicaba la composición de los presidios, quedó escrito como debía de vestir un Dragón de cuera:
«El vestuario de los soldados de presidio ha de ser uniforme en todos, y constará de una chupa corta de tripe, o paño azul, con una pequeña vuelta y collarín encarnado, calzón de tripe azul, capa de paño del mismo color, cartuchera, cuera y bandolera de gamuza, en la forma que actualmente las usan, y en la bandolera bordado el nombre del presidio, para que se distingan unos de otros, corbatín negro, sombrero con cinta roja, zapatos y botines. Entre los ropajes que debe vestir esta nueva legión se destaca el abrigo de siete capas de cuero, sin mangas, suficientes para atravesar rosaledas a pie, para cubrir las ancas del caballo, y para rechazar el impacto de una flecha lejana».

La cuera y la adarga
Este abrigo hecho de cuero y que podía llegar a pesar 15 kilos, es por lo que a estos soldados se les dio el nombre popular de cuera. Al pasar de los años, el abrigo se convirtió en una chaqueta corta para facilitar los movimientos de los hombres.
Otra parte curiosa de la indumentaria era la adarga: un escudo de origen árabe de cuero y que había sido adoptado por la caballería cristiana durante la Reconquista por ser más ligero y flexible.
El Dragón de cuera disponía pues de una defensa fuerte formada por la cuera y la adarga, pero tambien disponía de armas ofensivas como escopetas, pistolas, espadas, lanza y en algunos casos arcos y flechas. El manejo de la espada era algo fundamental para estos soldados, ya que muchas veces se convertían en infantería y tenían que luchar cuerpo a cuerpo con los enemigos.
En el mismo texto también se decía que cada soldado debía de llevar 10 caballos. Uno de ellos siempre preparado para su uso. Con el paso del tiempo pasaron a ser 6 caballos y una mula para cargar objetos más pesados. Esta reducción se hizo debido a los ataques que los soldados sufrían por parte de los indios para conseguir los caballos. En un regimiento de 50 soldados habían 500 caballos, era un botín muy atractivo.
Batallas famosas de los Dragones de cuera
Fueran muchas las batallas en las que los dragones de cuera tuvieron que formar parte. A continuación detallo un breve extracto de las más célebres que protagonizaron este ejército español. El hecho de que tuvieran que cabalgar en solitario o grupos reducidos, durante kilómetros para guardar las fronteras, hizo que las leyendas les dieran un carácter bravo y fiel.
De 1.750 a 1.776
A mediados del siglo XVIII, una compañía de menos de 50 dragones, consiguió que 200 comanches se retirarán tras su intento fallido de robar una manada de caballos. Los indios perdieron en esta batalla a 40 hombres.
En 1758, después de la masacre de la misión de San Sabá, las tropas de los Dragones de cuera, emprendieron una expedición conocida como la Campaña del Río Rojo. Con ella se pretendía demostrar a los indios comanches que el ejército español no se rendía.
En 1775, fue famosa la resistencia de tres dragones contra un numeroso contingente de indios en San Diego. La fama de los Dragones de cuera salió beneficiada tras esta dura hazaña.
En 1776, un grupo de 42 dragones capitaneados por un alférez, resistiendo durante 5 horas frente a 300 apaches. Los indios huyeron al no ser capaces de romper la línea de defensa creada por los bravos Dragones de cuera.

De 1.779 a 1.782
1779 fue un año muy duro. Los comanches atacaron varias veces Taos. Para evitar estos ataques prepararon una gran expedición: una tropa de 600 hombres, 150 de los cuales eran Dragones de cuera. La expedición fue acompañada por 200 apaches y yutes. Como curiosidad, durante esta expedición se derrotó a Cuerno Verde, un jefe indio con mucho prestigio entre todas las tribus. Su tocado fue enviado al rey de España como trofeo, y este posteriormente lo regaló al Papa. Actualmente esta visible en los Museos Vaticanos.
Siguiendo con 1779, en diciembre, los indios volvieron a atacar. Esta vez fue Tucson. Encabezados por el jefe Quilcho atacaron sin piedad el presidio. La guarnición que estaba al mando, en lugar de quedarse segura entre sus muros, sorprendió a los indios y atacaron, derrotándolos e hiriendo al hermano del jefe. Dicha guarnición contaba solo con 15 Dragones de cuera.
En 1782, los apaches atacaron de nuevo Tucson. Esta vez, los indios contaban con 600 guerreros. Planearon el ataque de manera que el presidio se encontrara desprovisto de soldados. La gran mayoría de la caballería española estaba fuera en misiones de patrulla, y solo habían en el interior del presidio 42 lanceros, 20 Dragones de cuera, 10 exploradores indios y una pieza de artilleria. A pesar de la inferioridad, consiguieron rechazar el ataque y los apaches tuvieron que huir.
Disolución de los Dragones de cuera
En 1793 se firmó la paz con los apaches y la guerra terminó. A partir de ese momentos, navajos, chiricauas, yumas, apaches y otras tribus, empezaron a convivir con los españoles. Su integración empezó con el comercio y poco a poco fueron compartiendo ciudades donde todos vivían sin problemas.
Los Dragones de cuera ya no tenían sentido en esa época, y serían sustituidos por otras compañías como los húsares de Texas o por milicia regular. Solo quedaron algunos a los que se les encomendaban misiones más al norte.
Su disolución fue en 1821, con la independencia de México. Algunos de los Dragones de cuera siguieron sirviendo tras la independencia aunque ya no usaban la cuera. La gran mayoría de ellos siguieron viviendo en aquellas tierras y formaron familia con los nativos.
Algunos cuentan que en 1846, tras la pérdida de los territorios mexicanos y la aparición de soldados por el este, se volvieron a ver viejos y extraños soldados vestidos con cuera, aliados de los salvajes, jefes de tribus.. luchando fervorosamente contra esta nueva amenaza a caballo que quería romper la paz creada por los españoles.